ENFOQUES DE LA COOPERACIÓN

El tradicional Enfoque por Proyectos, que se inserta en la necesidad de atender demandas en áreas  temáticas concretas y zonas de intervención geográfica bien delimitadas (ya sean ciudades, comarcas, países o bloques regionales) ha venido siendo utilizado por los agentes de la cooperación para el desarrollo desde sus orígenes. Cuenta como herramienta principal con el llamado enfoque del marco lógico, dispositivo mediante el cual se abordan las intervenciones a través de una visión lógica global del proyecto o programa, estructurada dentro de un procedimiento autoconclusivo que comúnmente se denomina gestión del ciclo del proyecto. Desde el punto de vista financiero y presupuestario, el enfoque por proyectos se apoya generalmente en la concesión al beneficiario o beneficiarios de un ayuda o subvención que responde a una propuesta técnica y a un presupuesto por partidas de la intervención. Cuando el  Enfoque por Proyectos no es suficiente para abarcar la totalidad de un problema dado y los principales agentes de la cooperación (gobiernos, beneficiarios, proveedores de asistencia técnica y otros interesados) muestran la disposición y tienen la capacidad para llevar a cabo iniciativas de mayor dimensión y alcance, entonces suele adoptarse el Enfoque Programático. De características similares en el plano de la gestión técnica y financiera al Enfoque por proyectos, difiere sin embargo de este en la manera de abordar aspectos tales como la evaluación como herramienta de mejora del desempeño, la sostenibilidad en todas sus variantes o el impacto a medio y largo plazo que podrá ejercer sobre el entorno en el que se ejecuta la acción.

Más novedoso, pero lógicamente en menor medida contrastado desde el punto de vista de su eficacia, es el llamado Enfoque Sectorial Amplio (cuyas aplicaciones son conocidas por el término SWAps, de Sector Wide Approaches) mediante el cual se pretende afrontar la solución de uno o varios problemas dentro de un sector de política pública (salud, educación, agricultura...) en un área geográfica que cubre la integridad de un país o región del mundo. Problemas de salud como las epidemias, la malaria o el SIDA no conocen fronteras y afectan a muy amplia capas de la población, de manera que deben ser abordados desde una perspectiva integral y multidisciplinar, haciendo converger las iniciativas de las distintas cooperaciones con las políticas públicas sectoriales diseñadas por el país o países que constituyen el área geográfica de intervención junto con los organismos internacionales interesados. Cada SWAp ha de estar basado en un plan estratégico sectorial consensuado entre las cooperaciones y el país beneficiario. En el plano financiero, los SWAps son, por regla general, el producto de operaciones de crédito a medio o largo plazo por parte de las instituciones donantes. El procedimiento presupuestario es más complejo que el de un proyecto, ya que las cooperaciones entregan la práctica totalidad de la gestión del mismo a los organismos gubernamentales responsables del sector de política pública sobre el que se pretende intervenir, manteniendo unos mecanismos de control y auditoría con el objeto de fiscalizar la ejecución presupuestaria.

Finalmente, nos encontramos con los denominados Apoyos Presupuestarios, que van un paso más allá del SWAp en el sentido de que las distintas cooperaciones acuerdan insuflar de forma directa montantes financieros en el propio presupuesto general del país beneficiario cuya estrategia sectorial ha sido validada por ellas y que, a partir de ese momento, gozará de un amplio margen de gestión de sus políticas.